Carlos Brea, es fundador con Elena Díaz, de esta empresa que produce una de las cervezas ecológicas de Galicia. Es ingeniero agrónomo de carrera y asesor y docente de profesión. El proyecto comenzó en el 2014 con la plantación de lúpulo en una de las fincas familiares, que supuestamente fue la primera plantación de España de este tipo. En el 2015 comenzó la andadura en el mundo cervecero y en el 2016 comenzaron a diseñar y a construir la fábrica que ahora tienen en Lagazós (Lalín). Dos años después, en el 2018, lanzaron al mercado la primera cerveza ecológica gallega con cereales y lúpulo cultivados en suelo lalinense.
En el mercado tienen diferentes estilos de cerveza. Desde el 2018 fabrican una tirada limitada de una Toupiña Especial con una botella diferenciada y una etiqueta diseñada cada año por un artista lalinense diferente.
Acaban de duplicar la superficie de la fábrica siguiendo el concepto de las Farm Brewery, muy en boga en los años 80 en Estados Unidos. Son pequeñas fábricas de cerveza que cultivan su propio cereal, su lúpulo, lo transforman y la gente va a visitarla y degustar la cerveza.
Esta aventura empresarial se empezó a gestar a causa de unas jornadas que Carlos impartía enseñando a hacer cerveza artesana. Fue la gente la que empezó a animarlo diciendo que estaba muy buena y porque no la fabricaba. El nombre de la marca, Toupiña, es un homenaje a su tío abuelo, que aunque no sabía que era un cultivo ecológico, nunca utilizó ningún producto químico y le enseñó el respeto por los animales y la naturaleza. Toupa era su apodo y Toupiña, el nombre cariñoso con el que lo llamaba. Falleció en el 2004 y el proyecto fue un tributo a él. Arrancó en el 2014 con un camino claro: lo de crear una cerveza ecológica porque en Galicia no había ninguna y encajaba con su filosofía de vida y la idea de distinguirse con un sello claro.
Una filosofía que les lleva a colaborar con otras empresas en búsqueda de tener cero residuos. Con los excedentes de la levadura de la cerveza se emplea para usos diversos (cocina, champú, etc); el orujo de cereales que sobran son para el sector ganadero, para alimentar reses en explotaciones de producción ecológica y para incorporar de nuevo a la tierra. Unas colaboraciones que se van ampliando cada año. Para el próximo quieren sacar un helado de cerveza en colaboración con una empresa santiaguesa.
Son la primera marca en obtener el sello de Artesanía Alimentaria. La cerveza 100% gallega es cada año diferente gracias a la serie limitada que la firma saca al mercado. Una edición exclusiva cuya receta no se vuelve a repetir con el objetivo de que el consumidor pueda ir degustando y conociendo diferentes estilos de cerveza. "Son 1.930 botellas de 33 centilitros y 203 de 75 centilitros. Por que esos números raros? Porque el 2 del 03 del 1930 fue cuando nació Toupa", explica el responsable de la firma.
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