Capón de Covelo

Capón de Covelo

Se llama Raúl. Con 23 años tuvo la oportunidad de mudarse a la aldea gallega de As Neves (2010), ya que la familia de Esther (su mujer) tiene una casita y ahí comenzó su pasión por el rural y por las gallinas. Después de varios años en Galicia, tuvo que volver (2015) a su ciudad natal (Barcelona) para trabajar.

Cuando tuvo la oportunidad de regresar en 2020 para vivir en el rural (Covelo), no dudaron en hacerlo con 2 hijos, Nayra y Aron, ya que siempre quisieron que ellos tuvieran los valores que suponen vivir en el rural. De esta forma comenzaron su proyecto de tener una granja artesanal de aves.

Capón de Covelo se sitúa en Pontevedra en el maravilloso municipio de Covelo. Es un proyecto que se creó a base de mucho esfuerzo, dedicación y por supuesto mucho amor hacia la naturaleza y a la cría en libertad de sus animales.

Tras varios años criando gallinas y gallos de diferentes razas, al encontrarse con la gallina de Mos, Raúl quedó prendado de su elegancia. Las gallinas de Mos que crían, son una raza autóctona de Galicia de la que se sienten partícipes en su recuperación y mejora.

La particularidad de esta raza es que para conseguir un gallo o capón para su óptimo consumo es que debe de tener de 10 a 12 meses.

La gallina de Mos es muy voluminosa y mucho más grande si la comparamos con la típica gallina ponedora. La carne es de una calidad indiscutible por no decir que, al ser una gallina grande, la cantidad también es generosa. Los huevos son también de una calidad excepcional y un tamaño considerable.

Por otra banda y no menos importante, se quiso interesar por los capones ya que su pasión es hacer capones artesanalmente desde el inicio: castración, cebado y sacrificado. Actualmente trabaja 2 razas distintas, como es evidente, la raza Mos y raza Redbro.

Por otro lado, y no menos importante, se quiso interesar por los capones de Mos, y ahí es donde viene su otra pasión: hacer capones artesanalmente.

Pero... que es un capón? Es un gallo de aproximadamente 2 meses castrado quirúrgicamente. Con eso conseguimos que el ejemplar coja más peso y al infiltrarse la grasa en la carne hace de ellos un manjar gastronómico.

En Capón de Covelo NO descrestan ni cortan barbillas ya que es la única manera de saber si el ave está bien castrado o no. Si está bien castrado, la cresta se queda pequeña y mustia; si no lo estuviera, le crecerá como un gallo normal ya que si la castración esta mal realizada, el testículo vuelve a regenerar y ya no seria un capón, sino un gallo.